
Los programas empiezan y si van bien siguen, y si no, se acaban. Pero en raras ocasiones se cambian sus presentadores y sus caras más emblemáticas. Sabiendo esto, el sábadoJordi González tomó el relevo de Jorge Javier Vázquez y se puso al frente de ‘Hay una cosa que te quiero decir’, el programa de las sorpresas emotivas de Telecinco.
Dentro del ambiente de morbo por saber si Jordi lo haría bien y si imitaría la manera de presentar de Jorge, empezó la nueva etapa. El primer invitado fue el anterior presentador del formato, que quiso sorprender y dar su apoyo a María Patiño, también televisiva y a la vez amiga de este.
González contó la relación que une a los dos amigos, con esos inicios del catalán en Madrid y el amor confuso que sintió por Patiño.
Sin lugar a duda, una historia emotiva que tenía como protagonistas a dos pesos pesados del mundo del entretenimiento y que a pesar de que esta amistad ya había sido comentada con anterioridad, gustó escuchar y ver la reacción de los dos cuando se abrió la solapa del sobre.
Andy y Lucas también pisaron el programa, donde participaron en una emotiva sorpresa y como ya es habitual, presentaron su nuevo trabajo.
El de Badalona suele gustarme bastante en sus trabajos televisivos, transgresor, directo y con un tono más que irónico pero como ya he dicho en algunas ocasiones, este programa no ha sido nunca para él. Le ha puesto empeño, ha bajado su tono y se ha adaptado a las normas, pero el hecho de estar tantas horas a la semana expuesto en otros formatos hacen que lo descartemos ya para otro tipo de formatos.
Mejorando progresivamente
En cambio, Jordi pisó el plató de manera discreta y modesta, pero en cada minuto se iba soltando un poco más hasta que llegar a hacerse por completo con el espacio.
Supo marcar muy bien los tiempos, haciendo más rápidas y amenas las narraciones de las historias de los invitados, que des de mi punto de vista, era el mayor problema de la anterior etapa.
Jordi domina el trato con la gente anónima, con testigos y personas que pasan en ese momento por una situación delicada.
Consiguió también que las historias no cayesen en una monotonía, que podría haber pasado porqué cada semana son los mismos temas pero con distintos nombres y distintas reacciones.
Todavía con carencias
Eché en falta que el programa hiciese algunos cambios en su estilo aprovechando este cambio de presentadores, quizás alguna invocación en el decorado, en la manera de desglosar los temas o cambiando las entradillas del inicio de cada historia.
Buscar historias más sorprendentes y retirando o minimizando las que tienen cada semana puede que fuera una mejora considerable y que quizás podría llegar a enganchar a un público mayor, que en ocasiones por edades, no han vivido ni sufrido muchos de los temas que se tocan en el programa de la carta.
Por el momento ganaron la batalla de la noche del sábado, ahora faltará ver si Jordi logra quedarse con el público más fiel del programa y sumar a nuevos adeptos para que este cambio sea aún más beneficioso para el canal.

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