31/3/14

'Dreamland', la falsa realidad y la música en bucle

No siempre pero en ocasiones creo prejuicios de las cosas que salen en la tele antes de verlas. En este caso con 'Dreamland' creí que sería una serie con mucha música, bailes y que verdaderamente no llevaría a ninguna parte. ¿Y qué pasó? Pues que acerté.
Lejos de ser una serie que animase a la gente a luchar por sus sueños, acabó siendo una serie con mucha purpurina, gente musculosa, una dosis demasiada extensa de música y sueños que verdaderamente poco tienen que ver con la vida real y el momento por el que están pasando los jóvenes en la vida real.
En el mundo de la interpretación y las artes escénicas también hay gente menos agraciada, más cultivada como persona y con ideas más sofisticadas que los personajes de la serie musical de Cuatro. Mi intención no era ver la serie pero Mediaset me obligó a verla colando el estreno por todos sus canales y ante esta situación vi los treinta primeros segundos, hasta que empezaron a cantar, y lo quité sabiendo que tendría que verlo durante el fin de semana para presentar este lunes esta crítica.
El argumento de la serie era pésimo y se recurrió a temas más que comunes como la crisis, los embargos, el compaginar el trabajo con los estudios y cómo no, las locuras por amor. Los desnudos y los quita y pon de camiseta dignos de caer en un resfriado marcaron el ritmo de la serie de manera indiscriminada, juntamente con una serie de canciones que no paraban de repetir palabras como sueños, realidad, amor y sonrisas, sabiendo que la vida real va más allá que todo este mundo de purpurina.
La serie fue un mareo y se endosaban canciones a cada paso, a pesar de ello, las coreografías eran buenas y Natalia Millán fue de diez, pero quizás este formato no es el sitio donde debe estar.
Los papeles estaban interpretados por bailarines y cantantes, no por actores, y eso se notaba en la interpretación que querían darle a cada escena. Y puesto a sincerarme, al principio quise relacionar 'Dreamland' con 'UPA dance' pero me equivoqué. Allí había tramas un pelín más complejas y contagiosas que las del estreno de la serie musical de Mediaset.
Demasiados personajes y alumnos, yo diría que incluso se vulneran las leyes de educación, pues más de treinta alumnos los había y contando a groso modo. Se inspiraron claramente en escenas de películas que gustan a los adolescentes como 'High school musical' y parecidas.
Punto positivo en la localización de espacios, recurriendo a teatros suficientemente conocidos y desarrollando las escenas de la academia en un lugar como tal.
Creo también que el público potencial del formato, en el caso de que sobreviva, serán adolescentes o gente adulta que desconoce o bien oculta la realidad de las cosas.
Para acabar solo recordar que los sueños solo se logran con trabajo real y horas de dedicación, el baile, la música y el cantar forman parte del ocio y la diversión. He sido tajante y directo, pero creo que ante formatos como este, la realidad la tenemos que aportar los espectadores y adeptos a la pequeña y curiosa pantalla. 

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