Debo de confesar que este martes por la noche me dio cierta pereza el hecho de saber que tenía que ver 'A bailar', el nuevo concurso de Antena 3 para hacer esta crítica, pero al final me acabé incluso divirtiendo con el formato. Mónica Naranjo, una de las personas que más manía me transmiten, a pesar de su largo bagaje profesional y el carisma que desprende, me sorprendió en positivo. A Naranjo ya la hemos visto de jurado, haciendo imitaciones e incluso escribiendo libros de recetas y supo manejar sin demasiada dificultad la presentación del nuevo programa. También es cierto que aún le quedan pequeños detalles por mejorar pero siendo justos, podría colar como una presentadora más y no hay duda de que esto es una puerta que se le abre y que puede suponer el primero de muchos trabajos como presentadora en la pequeña pantalla.
Con esto, Antena 3 amplía su plantilla de presentadoras, pues desde la marcha de Paula Vázquez, las opciones de presentadoras se limitaban a Paloma de 'La ruleta de la suerte' y Ainhoa, la ayudante de Arguiñano. Y eso no hace gracia. Me gustó el diseño del plató, moderno, supersónico, con colores vivos pero a la vez sencillo y sin grandes pretensiones que tantos problemas pueden dar (ahora acordándome de la distribución inicial del plató de 'Zapeando' en La Sexta).
Antes y después
A pesar de que con este concurso Antena 3 vuelve a recurrir a su obsesión de hacer concursar a rostros conocidos sin dejar opción a crear nuevas vidas televisivas, sí que hubo un cambio que marcó la diferencia y que para mí supone un antes y un después. El cambio es tan sencillo como no involucrar a los de siempre (Flo, Anna Simón, Angy, Santiago Segura…) y apostar por rostros conocidos pero muchos de ellos con sed de tele y con ganas de reafirmar su figura mediática. La dinámica del concurso no fue más allá de lo que ya se haya hecho en otros programas parecidos, actuaciones, valoraciones y votaciones. Y puesto a decir, me decepcionó bastante la parte del jurado, una muy correcta Sara Baras, un desfasado y ya poco gracioso Carlos Baute y la aparición de Charlie, el miembro del jurado que veneraba las actuaciones como "Me ha encantado, fantástico", pero luego les soltaba un tres o un cuatro, no lo entendí.
Y como siempre yo indignado por la manera de culminar el programa, de nuevo los ganadores de la noche tenían que destinar el premio a una ONG, pero como ya he dicho en otras ocasiones, me parece muy feo que el ayudar a una causa dependa de un baile y de los gustos artístico-musicales de un reducido grupo de personas, porque lo que se valora es el baile y no la causa que hay detrás. También es cierto que el programa tuvo un buen inicio y que fue apoyado por la audiencia otorgándole un 18,2% de la audiencia, eso sí, quedando como segunda opción y dando la medalla de oro a 'El príncipe', la serie que está arrasando en el canal principal de Mediaset.
'Boom' del baile
Ahora será cuestión de ver si estos datos se van a mantener o van a ir menguando una vez pasada la curiosidad del espectador, pues no sería la primera vez que pasa… O quién sabe, que empiece a subir y se convierta en referencia de algo nuevo, pero como ya he dicho, para que esto pase hacen falta muchos cambios a mejor por parte del programa. Con esto ganamos un nuevo programa de baile y que se suma al 'boom' de bailar en la televisión, al igual que está pasando desde hace un tiempo con los concursos culinarios televisados y que tanto están gustando a los espectadores españoles.
Article en català.
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