TV3 dio el pistoletazo de salida a sus apuestas de otoño con unagala especial, dónde todos sus presentadores y protagonistas versionaban y cantaban distintas canciones míticas, a la vez que presentaban sus apuestas para el nuevo curso televisivo. Me pareció de buen ingenio y de gran predisposición por parte de todo el personal de la casa. Fantástico.
Entre estas apuestas se encuentra Merlí, la nueva serie que llega con el objetivo de fidelizar a todo el público adolescente y de paso, a todos aquellos que se encuentren delante del televisor en aquel momento.
Ayer lunes se emitió el primer capítulo y me dispuse a verlo, pues una de sus protagonistas es una buena amiga mía, y por qué no, me apetecía verlo. El protagonista es Merlí, un profesor de filosofía en paro y que de un día para otro se incorpora a un instituto para cubrir una baja. A medida que avanza el episodio ves que se trata de un señor que controla su orden dentro del desorden, pero que poco a poco se va ganado el cariño de sus alumnos.
En definitiva, el profe ‘guay’ que todos queremos o querríamos tener. El grueso de la serie pasa en dicho instituto, dónde se encuentran los alumnos, profesores y se complementa con la familia del propio Merlí. Sin quererlo la serie me lleva a hacer un símil con la mítica serie de Antena3, ‘Física o química’. Chicas y chicos guapos, problemas de adolescentes y embrollos entre los mismos profesores. Me hizo gracia porqué de alguna manera me trasladó a esa serie, pero a la vez no olvidaba que estábamos en ‘TV3’, pues de alguna forma se notaba a cada rato la marca de la casa, conocemos a muchos de los actores por otras ficciones del canal, la manera de actuar de los actores es también muy nuestra y el trasfondo de la historia, a diferencia de otras series juveniles, tiene un trasfondo que se centra en un único personaje, Merlí.
A la espera de ver como evoluciona la ficción y de saber si las tramas enganchan al espectador, es un primer paso hacia modernizar la televisión pública catalana y apostar por series que se dirigen a un público que quizás se aleja un poco aún de la vida adulta, pero que a la vez necesita estar representada en la parrilla televisiva. Esta maniobra ya pudimos verla en los tiempos de ‘Polseres vermelles’.
Un acierto hacerla coincidir con el primer día de curso en la vida real, seguro que muchos de los espectadores se estaban viendo reflejados en lo que pasaba en aquellas aulas y seguro que ahora más que nunca, desean tener un profesor tan enrollado como el de la nueva serie de TV3.
No faltaron los tópicos empezando por el profesor de educación física, con silbato en el cuello incluido, los profesores que rajan de los alumnos en las salas de profesores, y ni mucho menos, los alumnos que se pasean a cada rato por los pasillos del instituto. Básico en el funcionamiento de todos los centros educativos dirigidos a estas edades.
Me gustó también el papel de la madre de Merlí, una Estela Reynolds (LQSA) a la catalana, una actriz venida a menos y que se ofende cuando alguien no la reconoce y no le dan el lugar que ella cree que tiene dentro de la sociedad. Muy fan.
Llamadme morboso, pero los entuertos entre alumnos, profesores y el drama que se le pueda sumar a cada uno de los capítulos, creo que pueden ser las claves del éxito de la nueva apuesta de la televisión catalana.
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