No me gusta hablar de política
y menos cuando se trata de políticos en televisión, a veces aparecen a la
fuerza y con discursos sobradamente preparados, sabiendo que van a caballo
ganador y que digan lo que digan van a quedar bien, a no ser que lo que quieran
sea dar la nota y dar titulares a la prensa. Pero creo que la ocasión lo merece
y esta columna la voy a dedicar a Pablo Iglesias, el nuevo político que llega
para imponer unas bases renovadas pero que poco a poco se va descubriendo que
no son ni tan nuevas ni tan plurales, y que como siempre, solo benefician a
unos cuantos.
Me parece de una desfachatez
tremenda que Iglesias y Podemos usasen como uno de sus mayores gritos la
transparencia política, acusando a todos los demás de poco claros, que no lo
son, y que llegasen para marcar la diferencia, una diferencia que al poco de
despegar ya estamos viendo que no tienen, a lo que se suma el favoritismo y la
falta de igualdad a la hora de escoger los medios o los altavoces por los
cuales van a transmitir sus ideales y responder las preguntas de los
ciudadanos.
Estoy muy harto de que se den
lecciones catedráticas sobre moralidad, igualdad y otros valores, los cuales se
saltan a la brava sin compasión. El señor Pablo Iglesias ha visitado el
programa ‘La Sexta Noche’ mínimo cinco veces como invitado, sin contar las que
lo ha hecho como tertuliano o apariciones a través de pantalla, otros tantos en
‘Al Rojo vivo’ y formatos del mismo calaje de La Sexta, al igual que lo ha
hecho en Antena 3 siempre que se le ha invitado. Y me parece perfecto, el canal
es libre de invitarle y el de asistir, como también ha visitado otros canales y
programas. Hasta aquí no hay problema, el problema nace cuando el veta
entrevistas, las condiciona o desplanta programas por el simple hecho de que no
le sea de su agrado la manera como se le va a preguntar o los temas que se van
a tratar.
Pero señor Iglesias, la
moralidad se pierde en los pequeños gestos y no siempre políticos, estos por el
momento no me toca juzgarlos. Me cuesta la vida entender cómo se puede llegar a
plantar hasta en tres ocasiones a un programa que pretende entrevistarte. ‘Un
tiempo nuevo’, el programa de las noches de sábado en Telecinco se ha hartado
de invitarlo y el de guarrear con las invitaciones, declinándolas, intentando
modificar el formato y hasta el tono, solo con un único objetivo, hacer su
entrevista idealizada y que tan bien le salen en otros programas y canales.
A todo esto se le suma la
desfachatez de participar hasta en promociones de programas de La Sexta, como
si de toda una estrella se tratara, mientras que al mismo tiempo alega no
disponer de tiempo para visitar el dichoso programa de Sandra Barneda en
Telecinco.
No me meto en su manera de
hacer política, en si es más bueno o más malo, en si juega limpio o es turbio,
pero por favor, basta ya, no me gusta la gente que veta, censura y que encima
aprovecha cada momento para predicar todo eso que es correcto decir pero que a
la vez ni él mismo está cumpliendo.
Asuma ya que todo lo que ha
hecho no ha estado bien, siéntese en un plató sin condiciones ni barreras y
responda a todo aquello que se le pregunte. Si quiere aspirar a presidir un
país, empiece por asumir su verdad y defender su imagen, tanto sea para bien
como para mal.
La televisión somos todos y
cada canal representa una fracción de familias que la ven, es por ese motivo
que no creo que tengan más derecho a estar informados (o desinformados) los
espectadores de La Sexta y Antena 3 que los del resto de canales, hagamos justicia
nosotros, antes de pretender que lo hagan los demás.
0 comentarios :
Publica un comentari a l'entrada