27/1/15

El colador de Pablo Iglesias

No me gusta hablar de política y menos cuando se trata de políticos en televisión, a veces aparecen a la fuerza y con discursos sobradamente preparados, sabiendo que van a caballo ganador y que digan lo que digan van a quedar bien, a no ser que lo que quieran sea dar la nota y dar titulares a la prensa. Pero creo que la ocasión lo merece y esta columna la voy a dedicar a Pablo Iglesias, el nuevo político que llega para imponer unas bases renovadas pero que poco a poco se va descubriendo que no son ni tan nuevas ni tan plurales, y que como siempre, solo benefician a unos cuantos.

Me parece de una desfachatez tremenda que Iglesias y Podemos usasen como uno de sus mayores gritos la transparencia política, acusando a todos los demás de poco claros, que no lo son, y que llegasen para marcar la diferencia, una diferencia que al poco de despegar ya estamos viendo que no tienen, a lo que se suma el favoritismo y la falta de igualdad a la hora de escoger los medios o los altavoces por los cuales van a transmitir sus ideales y responder las preguntas de los ciudadanos.

Estoy muy harto de que se den lecciones catedráticas sobre moralidad, igualdad y otros valores, los cuales se saltan a la brava sin compasión. El señor Pablo Iglesias ha visitado el programa ‘La Sexta Noche’ mínimo cinco veces como invitado, sin contar las que lo ha hecho como tertuliano o apariciones a través de pantalla, otros tantos en ‘Al Rojo vivo’ y formatos del mismo calaje de La Sexta, al igual que lo ha hecho en Antena 3 siempre que se le ha invitado. Y me parece perfecto, el canal es libre de invitarle y el de asistir, como también ha visitado otros canales y programas. Hasta aquí no hay problema, el problema nace cuando el veta entrevistas, las condiciona o desplanta programas por el simple hecho de que no le sea de su agrado la manera como se le va a preguntar o los temas que se van a tratar.

Pero señor Iglesias, la moralidad se pierde en los pequeños gestos y no siempre políticos, estos por el momento no me toca juzgarlos. Me cuesta la vida entender cómo se puede llegar a plantar hasta en tres ocasiones a un programa que pretende entrevistarte. ‘Un tiempo nuevo’, el programa de las noches de sábado en Telecinco se ha hartado de invitarlo y el de guarrear con las invitaciones, declinándolas, intentando modificar el formato y hasta el tono, solo con un único objetivo, hacer su entrevista idealizada y que tan bien le salen en otros programas y canales.

A todo esto se le suma la desfachatez de participar hasta en promociones de programas de La Sexta, como si de toda una estrella se tratara, mientras que al mismo tiempo alega no disponer de tiempo para visitar el dichoso programa de Sandra Barneda en Telecinco.
No me meto en su manera de hacer política, en si es más bueno o más malo, en si juega limpio o es turbio, pero por favor, basta ya, no me gusta la gente que veta, censura y que encima aprovecha cada momento para predicar todo eso que es correcto decir pero que a la vez ni él mismo está cumpliendo.

Asuma ya que todo lo que ha hecho no ha estado bien, siéntese en un plató sin condiciones ni barreras y responda a todo aquello que se le pregunte. Si quiere aspirar a presidir un país, empiece por asumir su verdad y defender su imagen, tanto sea para bien como para mal.


La televisión somos todos y cada canal representa una fracción de familias que la ven, es por ese motivo que no creo que tengan más derecho a estar informados (o desinformados) los espectadores de La Sexta y Antena 3 que los del resto de canales, hagamos justicia nosotros, antes de pretender que lo hagan los demás.

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