15/1/14

Ya tenemos postre, ¡la cuenta por favor!

Pasadas las fiestas y los atracones disfrazados de celebraciones navideñas, llega a nuestras pantallas un programa donde el chocolate, el azúcar y todo lo empalagoso y dulzón cobra un especial protagonismo.
Raquel Sánchez Silva se puso el martes al frente de 'Deja sitio para el postre', el nuevo 'reality' culinario de Cuatro, donde los postres y la repostería son la clave futura para el éxito o el fracaso de los nuevos concursantes.
Sin dejar atrás el 'boom' de programas con fogones, con mecánicas muy parecidas y con ritmos muy similares, se quiso ir un poco más allá aprovechando que han jugado con tiempo y se han podido estudiar y mejorar las estrategias del formato, teniendo en cuenta todos los demás programas ya emitidos por los otros canales.
Me gustó la organización de las cocinas y me daba la sensación de que había bastante espacio entre los obradores para poder moverse con libertad, y eso se agradece. Decorados bien integrados y mobiliario moderno, básico para que se entienda el carácter del programa, en este caso, rápido, desenfadado y con toques de rivalidad ocultos entre todos los concursantes de la edición.
En cuanto a la presentación, Raquel Sánchez Silva recuerda mucho a Eva González, en cuanto al tono y manera, que desde mi punto de vista viene determinado por el estilo del formato. Lógicamente, Sánchez Silva tiene un desparpajo y unas habilidades que aún le vienen grandes a González y eso hace que todo el rol del programa de repostería gane en cuanto a forma y manera.
Los concursantes muy diversos y agrupados por equipos. Gente de distintas nacionalidades aportando una gran ensalada de ideas y conocimientos, a lo que se sumaba la mucha o poca profesionalidad que pudiesen aportar cada uno de los aspirantes a chefs reposteros.

Un paso más, el hecho de que el supermercado esté fuera del set y los concursantes tengan que desplazarse hasta allí con furgonetas y hacer el trámite real de la compra, eso sí, sin colas y con dinero ajeno.

Me esperaba muchas más dosis de sensacionalismo viniendo delgrupo Mediaset, pero supongo que al ser el primer programa se mantuvieron y nos tuvimos que conformar con la expulsión al minuto siete del programa de Tony, un concursante con problemas cardiacos y que por recomendación médica debía de abandonar el programa.
Presentar a los tres chefs expertos como mentores y no como jurados, los hizo mucho más cercanos y se entendió que jugaban un papel más de apoyo y no tanto de poder, a pesar de que en algunos momentos tomaban decisiones y jugaban un papel importante en las expulsiones de la jornada.
Paco Torreblanca jugó un papel mínimo y salió en contadas ocasiones. Se justificó su ausencia diciendo que a pesar de no estar presente lo veía todo, pero a pesar de esto, me faltó verlo.
El programa es bastante ágil y no se dedica un tiempo excesivo a las valoraciones de cada elaboración, cosa que se agradece cuando el programa empieza y hay un elevado número de concursantes.
No faltó tampoco el papel del patrocinador oficial haciendo regalos de consuelo al expulsado y se buscó el punto de diferencia con otros formatos aceptando encargos de clientes que pedían elaboraciones a los tres equipos del programa de Cuatro.
Faltará ver qué tal va la continuidad del formato y la acogida de los espectadores, que por cierto, muchos de ellos se están convirtiendo en auténticos expertos en gastronomía y todo gracias a este tipo de formatos televisivos. 

Article en català.

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